La protesta estará también en la calle, en la plaza Norrmalstorg de Estocolmo, con la participación de supervivientes de la matanza de Srebrenica (1995), de la asociación de madres de esa ciudad y una decena de oradores —de periodistas a médicos—, que hablarán de lo que vieron y vivieron en Bosnia.
Estocolmo, 9 dic (EFE).- El polémico Peter Handke será mañana el protagonista absoluto de la entrega de los Premios Nobel, que coincidirá con una protesta contra su galardón en Literatura porque “legitima” su manera de relativizar el genocidio de Srebrenica (1995), según una de las organizadoras del acto, Teufika Sabanovic.
Desde el anuncio hace dos meses de que el austríaco era galardonado con el Nobel de Literatura la tensión no ha dejado de subir, con peticiones de retirada del premio —Turquía fue la más reciente— hasta la dimisión o boicot de la ceremonia entre miembros de la Academia Sueca.
La protesta estará también en la calle, en la plaza Norrmalstorg de Estocolmo, con la participación de supervivientes de la matanza de Srebrenica (1995), de la asociación de madres de esa ciudad y una decena de oradores —de periodistas a médicos—, que hablarán de lo que vieron y vivieron en Bosnia.
Sabanovic, cuyo padre y una decena de familiares murieron en Srebrenica, dijo que la idea de organizar este acto surgió de un grupo de amigos que no podían quedare callados.
Además, habrá una pequeña concentración frente a la Sala de Conciertos de Estocolmo, donde el rey Carlos Gustavo entregará los premios, que será simbólica por la falta de espacio y está convocada por la organización alemana Society for Threatened Peoples, señaló.
La polémica rodea a Handke desde las guerras de los Balcanes, con acusaciones de dar voz al nacionalismo serbio más radical, minimizar varias masacres y defender a criminales de guerra —participó en el funeral del Presidente serbio Slobodan Milosevic, fallecido mientras era juzgado por crímenes de guerra en La Haya—.
Sin embargo, el objetivo primero de la protesta no es el autor de Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia (1996), que los críticos de Handke consideran un panfleto proserbio y algunos sostienen que llega a poner en cuestión el genocidio de Srebrenica.
Handke tiene “su derecho democrático” de decir y escribir “lo que quiera”, el problema es “premiarle con el galardón más prestigioso que existe por esos escritos, porque una vez que hacen eso dan legitimidad a su relativiación del genocidio”, subrayó Sabanovic.
Cuando se pone “el sello de Premio Nobel a esos libros, se consideran algo cierto, y eso creo que es muy peligroso”, consideró.
El mensaje principal que quieren hacer llegar con esta protesta es que “el genocidio no se pude poner el duda. Es un hecho probado por el Tribunal de La Haya (…). Solo hay una verdad sobre el genocidio, no múltiples”.
En Srebrenica fueron asesinados por fuerzas serbobosnias ocho mil hombres y niños musulmanes, que, señaló, “no pueden defenderse, que no tienen voz, por eso se la damos”.
La joven, nacida en 1990 en Srebrenica, de donde huyó cinco años más tarde, cree que la Academia Sueca -encargada de decidir el galardón de Literatura- sabe que “se ha equivocado”, pero “es muy tarde para revocar la decisión”.
La polémica también resuena en la Academia, donde uno de los miembros no permanentes, Gun-Britt Sundström, presento su renuncia, mientras el académico y ex secretario de la institución Peter Englund no participará en los actos pues celebrar el Nobel de Handke sería “una gran hipocresía”, según escribió esta semana en la prensa.
“Estoy muy contenta por su decisión, pero también la esperaba, porque Englund estuvo como periodista en Bosnia durante la guerra, tiene experiencia de primera mano y nadie puede decirle lo que allí pasó”.
A Sabanovic no le parece bien que la polémica con Handke acapare toda la atención y lo siente, en especial, por la escritora polaca Olga Tokarczuk, que recibiera el Nobel de Literatura de 2018, el cual se quedó en suspenso debido a una grave crisis en la Academia Sueca, salpicada por un asunto de abusos sexuales.
“Nos parece triste” que el talento de Tokarczuk se vea eclipsado, por eso “todos los que estamos planteando esta protesta queremos decirle que lo sentimos, pero no nos podíamos quedar callados”.